Yo no le creo a la Iniciativa México
Soy un aguafiestas, lo admito. Vean ustedes si no, mientras una buena parte de los medios de comunicación liderados por el principal consorcio televisivo nos convocan a los mexicanos a renovar el entusiasmo por el país, yo veo ahí una fórmula política que intenta, con el aliento del gobierno federal claro está, modificar la percepción de que la guerra contra el narcotráfico no ha funcionado, de que la crisis económica aun no se remonta y de que de la pobreza ha tenido un aumento espectacular en los últimos años.
La Iniciativa México intenta generar una burbuja en la que, todos adentro, alcemos las manos y agitemos pañuelos blancos para infundirnos del ánimo ganador que nos hace falta para salir adelante y así –de la mano del Presidente y Televisa-- pasar de la ilusión del sí se puede al paraíso del ya se pudo. Y quienes no coincidamos con la convocatoria al México vibrante al que aludió Emilio Azcárraga el pasado 12 de enero, según Ciro Gómez Leyva formamos parte de la élite de la izquierda conservadora o sólo queremos que nuestro país se pudra.
Yo no formo parte de esa élite a la que denuncia Gómez Leyva ni tampoco de aquella en la que él sí participa. Nada más creo que esa alianza entre el gobierno federal y Televisa junto con los demás medios que la acompañan es digna de mejores causas que la difusión del discurso oficial, por ejemplo, para acatar la ley electoral tanto en la trasmisión de los tiempos oficiales como para no difundir gacetillas propagandísticas como también señala la norma. Y si todos vamos a hacer algo por México, cabría la posibilidad de un sondeo ciudadano sobre los monopolios y la necesidad de diversificar los contenidos informativos, culturales y de entretenimiento que ahora recibimos, en particular, dentro de la televisión de paga que ahora domina totalmente el consorcio de Azcárraga Jean, situación por la que, entre otras razones, no pudo abrirse paso CNI Canal 40.
De veras que no apuesto a que el país se pudra, sólo pienso que la iniciativa pudo considerar otros temas distintos o complementarios a ese que se llama “calidad de vida” y en esas claro que no propongo, digamos, gastronomía sino más bien otros como la crisis económica o la pobreza extrema o el empleo. Estoy seguro de que millones de mexicanos tienen un enorme ingenio no sólo para paliar e incluso remontar esas adversidades, sino para proponer cosas con el fin de que todo eso mejore. En cambio, la Iniciativa México es un gran programa de concursos en el que también las audiencias decidirán al ganador, y no se sabe si a través de llamadas telefónicas y si éstas tendrán un costo.
Ahora los promotores de la iniciativa dicen que ésta “proviene de la sociedad civil”, y ponen a andar casi toda la maquinaria para intentar persuadir de ello, (digo casi toda porque no están etcétera, Proceso, La Jornada y Reforma, entre otros empresas además de MVS y Radio Centro que, al menos hoy, no se mencionaron como parte de ese “esfuerzo ciudadano”). Ya veremos cuántos le creen.